Bien, la felicidad yo creo que es más que nueve letras.
Es una de estas palabras que tienen algo, pero que no sabes qué. Yo no creo en la felicidad, la felicidad no existe. Existen los momentos felices, la ansia de que llegue el siguiente,
las sonrisas que se te escapan sin saber el porqué, las miradas que atraviesan cada célula de tu cuerpo, los suspiros que dejan escapar hálitos de vida, gritos que quedan ahogados en el silencio,
luchando por ser escuchados, por ser reconocidos, sí, están esperando que alguien diga:
“Mira, esa chica es FELIZ.”
La felicidad es una cosa tan frágil, se puede romper en miles de trocitos,
pequeños, muy pequeños, y a veces piensas que no los podrás encontrar todos.
Pero no, siempre se encuentran. Lo hace el subconsciente, las personas necesitamos ser felices, en determinados momentos de nuestras vidas. Merecemos un descanso, una pequeñísima locura, algo que cambie el fluir de nuestras vidas.
Una persona no puede ser feliz eternamente, pero hemos aprendido a vivir con eso, los humanos, todos nosotros, no podremos saber nunca cuándo, porqué, y cómo de felices fuimos.
Pero sabremos algo, que fuimos felices. Y a todas las personas que piensen que la vida es una mierda, y que no valen para nada, esas, son las más felices de todas. Porque lo tienen todo, tienen las sonrisas, las miradas, los suspiros y los gritos, lo tienen todo, pero guardado, tan al fondo de su corazón, que no lo pueden ver. Tendrían que hacer limpieza de corazón, se darían realmente cuenta de que, eso,
aquella cosa que algunos llaman felicidad, está dentro de todos y cada uno de nosotros, y de alguna u otra forma, hay que sacarla, liberarla, para darnos tiempo a asimilar que sí,
que somos felices, que ese momento merece la pena, que las personas que están a tu lado son las de verdad, las que no se van a ir.
Todos podemos ser felices, existen muchos momentos felices dentro de nosotros,
y yo digo que hay que aprovecharlos!
¿Entonces, crees en la felicidad?
No, yo creo en los momentos felices.
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